Tras la larga espera, el 1 de junio allí estábamos, montando nuestro puesto en la calle Curia. Llegamos de las primeras mirando al cielo y esperando que la lluvia nos respetara (y apenas llovió más de unas gotas).
Teníamos novedades como horquillas y broches, cintas e incluso estrenábamos expositor de cintas, que hacía que lucieran aún más bonitas.
Fue llegando gente y la calle se fue animando. ¡Hubo momentos de no dar abasto! Nos paseamos por toda la calle visitando el resto de puestos y normal que se acercara tanta gente, había un gran nivel, cosas preciosas por todas partes y gente majísima que se nota que disfruta con lo que hace. Conseguimos decidirnos por un par de pequeños tesoros que ya os enseñaremos.
Después de un día intenso y muy divertido, a las tres de la tarde tocaba recoger y empaquetar porque el domingo íbamos Martialay, en Soria, pero eso será otro capítulo…